El Papa Francisco nos ha contado una bella historia que nos ha hecho reír pero también valorar el papel que María tiene para nuestra fe.
“Se cuenta que en el cielo le llegó a oídos de Jesús que se habían colado algunas almas. Jesús se le acerca a San Pedro y le pregunta: “¿Qué está pasando aquí?”. San Pedro le responde: “Según parece han entrado algunos sin tener por escrito tu autorización”.
Jesús le dice: “Pero, ¿qué pasa contigo? ¿Por qué no desempeñas bien tu trabajo?”.
San Pedro, en un primer momento, no responde nada, porque ve que Jesús tiene la razón.
Pero en un segundo momento le dice: “Yo cumplo con mi misión. Yo mantengo cerrada la puerta, pero me han dicho que tu Madre coge las llaves, abre la puerta y termina metiéndolos. Señor comprenderás que yo no puedo con tu Madre”.
Jesús le dice: “Ya me lo temía; pero mi madre es mi madre”.

Una antigua tradición de la Iglesia Católica es la de dedicar el mes de mayo a la Virgen María, a quien durante todo el mes se le ofrecen flores en las capillas y parroquias durante el rezo del Santo Rosario.
El rezo del rosario nos hace reflexionar y profundizar en los principales misterios de la vida de María, así como en las virtudes que la virgen vivió a lo largo de su vida. El significado del ofrecimiento de flores a la virgen es el mejor regalo a ella.
Para ofrecer a María unas flores no hay que comprarlas en la florería, las que más aprecia son las que cultivamos en nuestro corazón, por eso todos podemos ofrecérselas: Con flores a María, que Madre nuestra es.

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